¿Por qué hay diferentes versiones de cuando Jesús fue ungido por una mujer?
La unción de Jesús está registrada en los cuatro evangelios, con detalles muy diferentes. Eso lleva a la confusión, pero en realidad fueron tres ocasiones distintas, no solo una.
La primera ocasión (cronológicamente) se encuentra en Lucas 7:36–50.
Ocurre en la casa de "Simón el Fariseo", en la región de Galilea, en la ciudad de Capernaúm o Naín (no esta claro cuál de los dos en el texto, pero probablemente Naín). Galilea queda lejos de Jerusalén, muy al norte de Israel.
Este evento ocurre por lo menos dos años antes de la crucifixión, porque en este momento Juan el Bautista está vivo aún. Sabemos esto, porque en los versículos inmediatamente antes, Juan envía sus discípulos a hablar con Jesús (v19-23), luego Jesús da un breve discurso sobre Juan (v24-35), seguido directamente por este evento de la unción de sus pies (v36-50).
En esta ocasión una mujer (no identificada) de la misma ciudad, "unge" los pies de Jesús con ungüento perfumado. Nota: es "ungir" no "derramar" en este caso (¡cuidado con las traducciones deficientes!). Lo hace abriendo un frasco de alabastro (sin romperlo), y se acerca a Jesús por detrás. No se identifica el tipo de ungüento, y tampoco hay mención del costo.
Además de ungir sus pies con ungüento, ella llora, sus lágrimas lavan sus pies, y los seca con sus cabellos.
Jesús habla directamente a la mujer (perdonando sus pecados), y también habla de ella a los presentes. Nadie menciona el costo del ungüento, ni los pobres.
Inmediatamente después: Jesús sigue predicando en la zona de Galilea, con sus discípulos.
La segunda ocasión (cronológicamente) se encuentra en Juan 12:1–8.
Esta vez es en la casa de Lázaro, María, y Marta, en la ciudad de Betania, muy cerca a Jerusalén, y bastante tiempo después del primer evento: ahora son 6 días antes de la crucifixión (v1), y por lo tanto Juan Bautista no está vivo. Es justo antes de la entrada triunfal. En esta oportunidad, es la misma María (hermana de Lázaro y Marta) quien unge los pies de Jesús, con "nardo puro", ungiendo sus pies y secándolos con sus cabellos, pero no hay mención de ella llorando, ni tampoco lágrimas en los pies de Jesús. Hay mención que este perfume es muy caro, y Judas se queja del costo, diciendo que hubiera sido mejor vender el perfume para dar el dinero a los pobres (¡cuando realmente lo quería para su bolsillo!). Pero es solo Judas que se queja del costo: nadie más.
En esta oportunidad Jesús no habla con la mujer (María), sino solo con Judas, diciendo "Déjala en paz ... Ella ha estado guardando este perfume para el día de mi sepultura." Dando a entender que María no usó todo el perfume, y tampoco rompió el envase. Posiblemente ella guardó lo que sobró, efectivamente, para la sepultura.
Inmediatamente después: los fariseos conspiraron entre ellos para matar a Lázaro, y después viene la entrada triunfal.
La tercera ocasión es la de Mateo 26:6–13 y también Marcos 14:1–9.
Estos dos son reportajes del mismo evento, pero este evento es diferente a los otros dos (informados en Lucas y Juan).
Ahora son 4 días después del evento en Juan, porque faltan solo 2 días para la pascua (v1 en ambos libros), y posterior a la entrada triunfal.
Ocurre en la misma ciudad de Betania, pero no en la casa de Lázaro, María y Marta, sino en la casa de "Simón el leproso".
Viene una mujer (no identificada) acercando a Jesús de frente (no de atrás), rompe el envase de alabastro (según Marcos), y derrame todo el contenido en la cabeza de Jesús (no en sus pies, como había ocurrido en las otras dos oportunidades).
Ahora varias personas (no solo Judas) se quejan del desperdicio del perfume, están indignados, y conversan entre ellos de que podría haberse vendido para dar el dinero a los pobres. Todos "reprendían" a la mujer, porque el valor del perfume era "más de 300 denarios", que es aprox. equivalente al sueldo de un obrero por todo un año.
Similar al primer caso, Jesús responde diciendo "Déjenla en paz", y menciona que ha sido en preparación por su sepultura.
Pero Jesús agrega algo que no había dicho en las otras ocasiones: que lo que la mujer había hecho será recordado en todo el mundo, dónde el evangelio sea predicado. Sin embargo, no hay mención de Jesús hablando directamente a la mujer, ni tampoco perdonando sus pecados.
En esta oportunidad tampoco hay mención de que la mujer lloró, ni hay lágrimas, ni usó sus cabellos como toalla.
Inmediatamente después: Judas conspira con los “jefes de los sacerdotes”, para traicionar a Jesús.
Son tres eventos diferentes, tres mujeres diferentes, en tres lugares diferentes, y tres momentos diferentes.
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